miércoles, 24 de mayo de 2017

Publicación 4

PRÁCTICA 1

Nombre del alumno: Estefanía Peralta Bravo                    NRC del curso: 1137
Práctica # 1               Nombre de la práctica: Centrarse               Fecha: 24/05/2017
Registro de la experiencia:
·         Primera vez, duración: 4-5 minutos
A nivel corporal sentí cansancio, sobre todo en los hombros, como si llevara un peso muy grande, pero poco a poco, conforme la práctica iba avanzando, ese peso me hacía tambalearme de atrás hacia adelante, no sé si fue porque estaba cerrada los ojos. Al final, me quedé por un momento en la misma posición, intenté no tomar en cuenta el mundo a mi alrededor, sino nada más mi mundo interior. En el principio, mi mente no logró concentrarse, estaba pensando en ese peso que me hacía tambalear y en evitar que en un momento dado pueda caerme. Pero poco a poco, cuando el peso se esparció por todo mi cuerpo, mi mente comenzó a descansar de todo tipo de pensamiento, era como si la voz del audio que escuchaba con las instrucciones de la práctica estuviese dentro de mí y fuese lo único que mi mente podía interpretar. Con la práctica experimenté una sensación de cansancio, como si lo único que quisiera fuera el quedarme en esa posición y dejar que mi mente divague en lo más profundo de mi ser, algo muy parecido al sueño. Siento que ese cansancio que en un principio experimenté como un peso en mis hombros, al difundirse por todo mi ser se convirtió en un estado mental muy parecido al sueño o al deseo de dormir. Podría tener como una conclusión que me encuentro en una etapa de agotamiento, corporal y mental, y por eso al adentrarme y centrarme en mí misma, encuentro un cansancio que me lleva a la relajación, al descanso.
  • ·         Segunda vez, fecha: 26/05/2017, duración: 7 minutos

En esta ocasión ya conocía lo que iba a hacer, creo que logré concentrarme un poco más a pesar que esta vez lo hice después de un momento de enojo. Corporalmente me sentía tensa. Sentí que en el principio mis piernas temblaban un poco. Mis ojos querían abrirse. Mi cuerpo parecía no estar preparado, pero poco a poco fui cayendo en una especie de sueño. Mis músculos comenzaron a relajarse y me perdí en un pensamiento en blanco. Volví a sentir la voz dentro de mi cabeza, fue algo raro porque por un lado parecía que retumbaba dentro de ella y por otro parecía que me susurraban en el oído. Mentalmente, como les comenté, me quedé en blanco. Los sentimientos negativos con los que comencé la práctica fueron apaciguándose conforme el tiempo pasaba. Esta vez duró más el efecto, eso me hace sentir bien. Hoy intenté conectarme conmigo misma y ver lo que sucedía con los sentimientos y pensamientos negativos al hacerlo. Digamos que hacer un segundo intento no estaba dentro de mis planes, sin embargo, al ver la situación en la que me encontraba, quise conocer los resultados. Al final, aunque los sentimientos no se fueron en su totalidad, ya no eran tan fuertes. Eso me hizo pensar que yo soy más fuerte que las emociones que pueda tener, ahora con la práctica demostré mi fortaleza, pero intentaré dominar mis emociones sin necesidad de realizar las prácticas. Creo que es posible controlarme en esos momentos de enojo, dolor o tristeza, porque soy más fuerte que ellos.

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Imagen tomada de: https://www.youtube.com/watch?v=gYtZqMa8a-s

PRÁCTICA 2

Nombre del alumno: Estefanía Peralta Bravo                    NRC del curso: 1137
Práctica # 2      Nombre de la práctica: Meditar caminando         Fecha: 31/05/2017
Registro de la experiencia:
·         Primera vez, duración: 9 minutos
Caminar es una actividad que me gusta mucho, a pesar que nunca he analizado mi caminar, mi respiración y mis pasos y muy pocas veces me he dado cuenta de lo que estoy haciendo mientras camino. A nivel corporal me sentí muy bien. Mi cuerpo se sintió adaptado y seguro. Conocía el camino –la realicé en casa –por lo que mis piernas parecían flotar en un momento en el que cerré mis ojos. A nivel mental me costó en un principio no concentrarme en mis deberes, trabajos y en una prueba que tengo el día de mañana. Pero conforme seguía escuchando las instrucciones del audio, mi mente intentó dejarse llevar por el sonido de la voz y el sonido de mis pasos. Cuando el audio acabó, mi mente estaba más centrada en lo que hacía, contaba los pasos que daba y de vez en cuando me recordaba que debía sonreír. Con respecto a mis emociones puedo decir que llegué a tener paz, a concentrarme solo en mí, aunque suene un poco egoísta. Pero era como si caminara acompañada, como si mi cuerpo y mi interior fueran dos seres diferentes que divagaban juntos por los pasillos por los que tantas veces han caminado antes. Esta práctica me pareció interesante, en un principio no entendía en qué debía concentrarme, si debía observar todo lo que había en la casa o cerrar mis ojos e intentar no tropezar. Pero poco a poco me fui dando cuenta que lo que debía hacer era encerrarme en mi mundo, donde veía todo y pensaba en nada.
  • ·         Segunda vez, fecha: 01/06/2017, duración: 15 minutos
Hoy decidí repetir la práctica mientras caminaba a la universidad. Debo caminar unos 13 minutos para llegar. En un principio no estaba segura si podría concentrarme, en la calle hay ruido, obstáculos, autos y tráfico. Pero lo intenté y creo que me fue bien. A nivel corporal mis músculos estaban relajados, estaban haciendo algo habitual. Sin embargo, intenté que el peso de la mochila que llevaba en la espalda desaparezca, como si mis brazos simplemente no tuvieran huesos y no pudieran llevar nada. Lo mismo intenté con mi mente, en que se concentre en el ahora, en ese presente que en este momento ya es pasado. En algunos momentos mi mente se desconcentraba por el entorno, pero creo que eso no está mal ya que lo que sucedía en el entorno también era parte de aquel presente. Fue interesante porque sonreí gran parte del tiempo, por un lado, me sentía tranquila, pero por otro pensaba en que no debía sonreír mucho porque la gente podría pensar que estoy loca. Sin embargo, recordaba que muchas veces la sonrisa es una gran arma que ayuda a que otras personas se sientan bien. Entonces esbocé una sonrisa ligera durante casi todo el camino. Esta caminata a la universidad fue diferente a las habituales, a pesar caminé la misma distancia, a la misma hora y por el mismo camino. En esta práctica olvidé todo, olvidé que tenía que dar una prueba, olvidé las clases, olvidé los quehaceres; me centré en mí, en mis pasos, en respirar profundo ya que no se me hace muy fácil y, también, me centré en sonreír. La práctica me hizo reflexionar en que muchas veces hacemos las cosas sin concentrarnos en lo que hacemos, pues estamos pensando en el pasado, en las preocupaciones o en el futuro, olvidándonos de vivir, olvidándonos del presente y todo lo que la vida nos regala.


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Imagen tomada de:http://cultivandolafelicidad.blogspot.com/2016/08/desafio-n-3.html

PRÁCTICA 3
Nombre del alumno: Estefanía Peralta Bravo                    NRC del curso: 1137
Práctica # 3     Nombre de la práctica: Conversando con el árbol     Fecha: 06/06/2017
Registro de la experiencia:
  • ·         Primer intento. Duración: 6 minutos

En esta ocasión me sentí incómoda. Vivo cerca de un parque grande, por lo que decidí ir allá a realizar esta práctica. Descargué el audio con las instrucciones y me senté junto a un gran árbol, de esos que tienen muchos años y son muy frondosos. La verdad me senté y mis ojos no podían mantenerse cerrados ya que mi mente no se concentraba. No sé si era por el ruido o porque sentía vergüenza de hacer la práctica en lugar con tanta gente. La verdad este día no pude obtener nada, creo que no fue una práctica eficiente. Mi cuerpo estaba preparado pero mi mente no. Cuándo le hice la pregunta al árbol no estaba pendiente de la respuesta ni de interiorizar para escucharla. Este no fue un buen día para realizar esta actividad.
  • ·         Segundo intento. Duración: 10 minutos. Fecha: 08/06/2017

Sentir el aire, respirar profundo y sonreír. En este día realicé la práctica en casa. En mi jardín hay un pequeño árbol. Está pequeño porque hace algunos meses lo talaron, sin embargo, está volviendo a tener hojas y a tomar forma. Decidí intentar esta práctica con este arbolito, creo que me fue bien. Mi cuerpo estaba relajado, me senté en el llano sin apoyarme en el árbol sino frente a él, como si fuera una persona que me acompañaba. Cerré los ojos y escuché la grabación. Mis músculos estaban completamente relajados y mi mente comenzó poco a poco a conectarse con mis adentros. Cuando el audio se acabó, esperé unos minutos e hice la pregunta “¿Qué es el Dao?” en voz alta y firme. Aunque no tuve una respuesta que pueda escucharla, la pude sentir. En ese momento sentí el viento. Los vellos de mis brazos se erizaron ya que estaba en camiseta. Pero con esto sentí tranquilidad, como si toda la ciudad se hubiera quedado en silencio y solo existiera el árbol, el olor a naturaleza y yo. Lo que interpreto de lo que viví en ese momento, que no debió durar más de 4 minutos, fue que el Dao es paz e incomprensión. Pero, al referirme a la paz no me refiero a la exterior sino a una paz interior, desde nuestros adentros. Siento que el Dao es vivir plenamente cada momento de nuestra vida, tal como yo viví ese momento en el que todo desapareció y solo me quedé con el árbol y lo que mis sentidos percibían. Mis emociones comenzaron a surgir y de un momento al otro me encontré sonriendo. Es algo que ya he mencionado en otras actividades: para mí la sonrisa es muy importante y, en este momento, este gesto surgió sin un motivo específico, fue natural. Esta es la parte incomprensible, nos lleva a sentirnos bien con nosotros mismo y no comprendemos en su totalidad el porqué. Pienso que esta práctica fue muy enriquecedora, a veces uno puede reflexionar mejor si se encuentra solo y en una especie de “zona de confort”. Esta actividad me motivó a experimentar más vivencias en el mundo natural. A veces la naturaleza puede ser una gran consejera y el mejor camino para recorrer. 

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Imagen tomada de: http://laviosaspasia.blogspot.com/2014/12/filosofia-y-meditacion.html

PRÁCTICA 4


 Nombre del alumno: Estefanía Peralta Bravo                    NRC del curso: 1137
Práctica # 4    Nombre de la práctica: Respiración Yoga             Fecha: 12/06/2017
Registro de la experiencia:
  • ·         Primera vez, duración: 4 minutos.

En esta ocasión primero escuché el audio de instrucción y al finalizar, comencé con la práctica de la respiración. Corporalmente, me sentí relajada, aunque sentía un gran peso en la espalda, pero conforme iba realizando las inhalaciones lentamente, era como si todo este peso fuera saliendo de mi interior. Mi mente no se quedó en blanco, pero sentía paz. Pensaba en los tiempos para controlar la respiración, pero eso me hacía sentir tranquila, libre. Esta vez sentía que todo fluía, como si estuviese volando en el viento, o flotando en un río. Con respecto a mis emociones fue muy agradable realizar esta práctica, ya que he estado un poco estresada estos días, pero cuando acabé la actividad, me sentía feliz, como si me hubiesen dicho que los días iban a ser más largos e iba a tener tiempo para todo. Creo que la respiración es una actividad que nos permite liberarnos y calmarnos. Es como cuando en medio de una discusión nos dicen: respira. Es porque nos ayuda a pensar mejor, a tomar un descanso y ver las cosas de mejor manera. Es mucho mejor si en un momento decidimos realizar esta práctica porque no solo nos tomamos un descanso sino nos tomamos “un tiempo para respirar”, un tiempo que permita olvidar todo lo que tenemos cargado en nuestros hombros, todas nuestras preocupaciones mentales y simplemente llenar nuestros pulmones de vida y calma.
  • ·         Segunda vez, duración 3 minutos. Fecha: 13/06/2017

Como ya sabía las instrucciones, realicé la práctica en la universidad. Me senté en el llano, estaba sola. Cerré los ojos y comencé a respirar, llenando poco a poco mis pulmones. Corporalmente sentí que temblaba un poco, mis piernas estaban intranquilas, era como si la posición no fuese cómoda. Pero no me importó, dejé que mi mente se aparte de todo y simplemente escuche el soplar del viento y los pajaritos que estaban cerca. Me centré en mi misma, en mi paz interior, en lo que me hacía feliz. Por un momento sonreí, creo que inconscientemente encontré la felicidad, solo que, al ser inconsciente, lo único que sé es que lo que me hizo sonreír está dentro de mí. Parecía que hubiese pasado una eternidad, sin embargo, puse un cronómetro de 3 minutos ya que como estaba en un lugar público debía controlar el tiempo. Fueron los tres minutos más largos Me sentí aliviada ya que una hora después tenía un examen muy importante, es por eso que intenté realizar la práctica, porque sabía que los resultados eran de relajación y tranquilidad.

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Imagen tomada de: http://yogacrecimiento.blogspot.com/2014/11/beneficios-de-la-respiracion-lenta-y.html

PRÁCTICA 5

Nombre del alumno: Estefanía Peralta Bravo                    NRC del curso: 1137
Práctica # 5               Nombre de la práctica: Zazen                     Fecha: 20/06/2017
Registro de la experiencia:
  • ·        Primera vez, duración: 11 minutos

En esta práctica, mi cuerpo se sentía incómodo en un principio, fue muy difícil encontrar una posición parecida a la que enseñan en el video sin sentir que me iba a caer. Pero cuando más o menos logré una posición que cumplía con las indicaciones y que mi cuerpo aceptaba, cerré los ojos y me olvidé del mundo. En ese momento llovía, antes de hacer la práctica sentía mucho frío, pero conforme fue pasando el tiempo, el frío se fue. Mi mente aceptó muy bien la práctica, y me gustó repetirme la frase “me veo como un espacio ilimitado” mientras inspiraba y “me siento libre” mientras espiraba. Era como si estas dos frases fueran una melodía que no la podía olvidar. Poco a poco todo quedó vacío, no me afectaba nada, no me daba cuenta ni de la posición en la que estaba sentada. El sonido de la lluvia también desapareció. Me mente estaba tranquila, al igual que mi cuerpo. Emocionalmente estaba feliz, como si no tuviera nada fuera de mí, como si las obligaciones y los deberes hubiesen desaparecido y solo existiera yo en medio de una caja blanca y silenciosa. El tiempo pasó rápido porque al poco tiempo de empezar, sonó el cronómetro de 10 minutos. Existen momentos en que el sentarnos y cerrar los ojos nos llevan a nuestro mundo ideal, nos llevan a encontrar paz y sencillez, sabiduría y humildad. Estos momentos son los más valiosos, pues valoramos el silencio y nos valoramos a nosotros mismo.
  •           Segundo intento. Fecha: 22 de junio. Duración 8 minutos.


En este intento, realicé la práctica en un momento de tensión, enojo e incluso tristeza. Decidí hacer la práctica para tranquilizarme y funcionó. Puse música suave, me senté en el cojín e intenté acomodarme recordando la postura aprendida en el material en clase y en el video. No creo que logro la postura perfecta, pero realizo mi mayor intento y trato de que mi cuerpo se encuentre cómodo para poder hacer que mi mente se concentre. Cuando comencé la práctica, la música hacia que flote en el aire, como si me llevara. Era muy suave, parecía que no existía, sin embargo, era capaz de hacerme fluir. Mi cuerpo se relajó muy rápidamente, la tensión que sentía desaparecieron. Era un alivio. Mentalmente, olvidé la discusión que un momento antes había tenido. Era como si estuviese en un sueño profundo y tranquilo. Poco a poco esa paz parecía habitual. Con respecto a mis emociones, estaba feliz y aliviada. Esta no es la primera práctica que la realizo en un momento de enojo o tristeza. Las dos veces que lo he hecho ha servido de mucho ya que la paz que llevamos dentro es más fuerte que cualquier palabra o acción que nos puedan herir. El autoconocimiento nos hace que encontremos esta paz y todo lo que poseemos en el interior, haciendo que lo pongamos en práctica en el día a día, de modo que sea una gran ayuda en los momentos donde reaccionamos sin razonar muy bien.
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Imagen tomada de: https://unbornmind.com/2016/10/09/dogenism-the-bane-of-the-buddhadharma/

PRÁCTICA 6


Nombre del alumno: Estefanía Peralta Bravo                           NRC del curso: 113
Práctica #6                  Nombre de la práctica: Libre              Fecha: 27/06/2017
  • ·        Primer intento. Duración 15 minutos. Práctica: Meditar caminando

Decidí hacer está práctica ya que caminar es una actividad que la realizo a diario y muy pocas veces estoy consciente de realizarla. Cada día, camino a la universidad. Me demoro unos 10 minutos, pero en mi cabeza pasan solo 2 minutos ya que estoy pensando en lo que debo hacer, en mis obligaciones, en las preocupaciones del hogar o cualquier otra situación. Ayer salí y tomé otra ruta. Decidí olvidarme de todo lo que tenía que hacer. Me concentré en mí y en mi alrededor, en lo que acontecía en el mundo en ese momento, lo que estaba al alcance de mis manos y de mi vista. Mi cuerpo estaba muy cómodo, no sentía nada fuera de lo común. Pero mi mente si experimentó algo especial, el silencio del mundo y la vista hermosa del alrededor. Por unos 2 o 3 minutos mi mente se quedó en blanco, solo caminaba por inercia y agradezco no haberme caído. Pero después de este momento comencé a mirar a las personas hablar, a los niños jugar, a los carros que pasaban. Era como si yo conversara con todos, como si el mundo me contara los secretos más profundos, como si yo pudiera escuchar lo que cada persona tenía por decir. Mis emociones estaban tranquilas y felices, en todo el trayecto no encontré rastro de tristeza, pero esto no significa que no la haya habido. A veces las personas tapamos lo que sentimos, por un lado, es bueno ya que esa “sonrisa” que mostramos ayuda a los demás y a su tranquilidad, pero por otro lado es algo que nos puede matar por dentro si no lo sabemos controlar. Cuando acabé la práctica me di cuenta de esto. La ausencia de situaciones desgarradoras y felicidad verdadera hizo que me mi mente piense en esta situación.

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Imagen tomada de: https://www.reikinuevo.com/tecnica-simple-meditar-caminando/

PRÁCTICA 7

 Nombre del alumno: Estefanía Peralta Bravo            NRC del curso: 1137
Práctica # 7     Nombre de la práctica: Aplicación en la vida diaria      Fecha: 03/07/2017
Registro de la experiencia:
  • Duración 24 minutos. Práctica de comida consciente
Decidí realizar esta práctica por dos razones: 1) siempre he pensado que el momento de comer debe ser un momento de respeto hacia nosotros mismo, de darnos ese tiempo que no se recupera, que es vital y necesario, que nos hace sentir vivos y nos hace disfrutar; 2) y, la otra razón fue que hoy podía realizar esta práctica a solas, como lo recomienda las indicaciones. Mis padres tenían que quedarse en su trabajo por lo que comería sola en casa.
Me serví la comida que había preparado mi madre para mí. Estaba consciente que iba a realizar la práctica, así que apagué la música y me senté. Analicé lo que había en mi plato, de dónde provenía cada uno de los alimentos que iban a ser consumidos por mí. Pensé, debo ser lo suficientemente agradecida y consciente para que esos animales y vegetales, que son seres vivos, sean sacrificados para que yo pueda alimentarme. Pensé en la forma en la que a veces son asesinados los animales, en lo crueles que podemos llegar a ser los seres humanos y en algunas maneras de ayudar a que no se cree tanto sufrimiento en ellos; pienso que es un problema el que estos seres sufran para que nosotros podamos alimentarnos y disfrutar de ellos. Comencé a comer, mastiqué varias veces la comida, como si no hubiese apuro, como si fuera el último platillo que iba a probar en la vida. Mientras degustaba cada bocado, pensaba en lo delicioso que estaban los alimentos y en lo que le costó a mi madre prepararlos, y en esa ocasión, sólo para mí. Tal vez el costo no fue económico, pero el tiempo que le tomó lavar, cortar y preparar cada uno de los alimentos, tal vez ella pudo haber dormido más tiempo en lugar de levantarse a dejar listo el almuerzo para mí. Sentí un nudo en la garganta, y un agradecimiento total. ¿en realidad lo merezco? Seguía comiendo suave, saboreando cada cucharada. Cada vez quedaba menos en el plato, mi estómago se iba llenando, pero mi corazón y mi mente estaban repletos de emociones y pensamientos. Como un plato de comida, algo que consumimos a diario, unas tres veces al día, puede incluir muchas cosas: la vida de muchos seres, el tiempo de las personas que cosecharon los alimentos, que los vendieron y también el tiempo y sacrificio de quienes los prepararon. Este fue un almuerzo de reflexión y verdadera consciencia. Así es toda la vida, a veces solo vemos los objetos o los resultados finales y no nos damos cuenta de todo el proceso que han sufrido para llegar a ser lo que podemos ver o lo que podemos disfrutar. Esto puede ser relativo a las personas, podemos mirarlas, pero no sabemos todo el camino que han cruzado para ser lo que son ahora.
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Imagen tomada de: http://www.contigosalud.com/alimentacion-consciente

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