PRÁCTICA 1
Nombre del alumno: Estefanía Peralta Bravo NRC del curso: 1137
Práctica # 1 Nombre de la práctica: Centrarse Fecha: 24/05/2017
Registro de la experiencia:
A nivel corporal sentí cansancio, sobre todo en los hombros, como
si llevara un peso muy grande, pero poco a poco, conforme la práctica iba
avanzando, ese peso me hacía tambalearme de atrás hacia adelante, no sé si fue
porque estaba cerrada los ojos. Al final, me quedé por un momento en la misma
posición, intenté no tomar en cuenta el mundo a mi alrededor, sino nada más mi
mundo interior. En el principio, mi mente no logró concentrarse, estaba
pensando en ese peso que me hacía tambalear y en evitar que en un momento dado
pueda caerme. Pero poco a poco, cuando el peso se esparció por todo mi cuerpo,
mi mente comenzó a descansar de todo tipo de pensamiento, era como si la voz
del audio que escuchaba con las instrucciones de la práctica estuviese dentro
de mí y fuese lo único que mi mente podía interpretar. Con la práctica
experimenté una sensación de cansancio, como si lo único que quisiera fuera el
quedarme en esa posición y dejar que mi mente divague en lo más profundo de mi
ser, algo muy parecido al sueño. Siento que ese cansancio que en un principio
experimenté como un peso en mis hombros, al difundirse por todo mi ser se
convirtió en un estado mental muy parecido al sueño o al deseo de dormir.
Podría tener como una conclusión que me encuentro en una etapa de agotamiento,
corporal y mental, y por eso al adentrarme y centrarme en mí misma, encuentro
un cansancio que me lleva a la relajación, al descanso.
- · Segunda vez, fecha: 26/05/2017, duración: 7 minutos
En esta ocasión ya
conocía lo que iba a hacer, creo que logré concentrarme un poco más a pesar que
esta vez lo hice después de un momento de enojo. Corporalmente me sentía tensa.
Sentí que en el principio mis piernas temblaban un poco. Mis ojos querían
abrirse. Mi cuerpo parecía no estar preparado, pero poco a poco fui cayendo en
una especie de sueño. Mis músculos comenzaron a relajarse y me perdí en un
pensamiento en blanco. Volví a sentir la voz dentro de mi cabeza, fue algo raro
porque por un lado parecía que retumbaba dentro de ella y por otro parecía que
me susurraban en el oído. Mentalmente, como les comenté, me quedé en blanco.
Los sentimientos negativos con los que comencé la práctica fueron apaciguándose
conforme el tiempo pasaba. Esta vez duró más el efecto, eso me hace sentir
bien. Hoy intenté conectarme conmigo misma y ver lo que
sucedía con los sentimientos y pensamientos negativos al hacerlo. Digamos que
hacer un segundo intento no estaba dentro de mis planes, sin embargo, al ver la
situación en la que me encontraba, quise conocer los resultados. Al final,
aunque los sentimientos no se fueron en su totalidad, ya no eran tan fuertes.
Eso me hizo pensar que yo soy más fuerte que las emociones que pueda tener,
ahora con la práctica demostré mi fortaleza, pero intentaré dominar mis
emociones sin necesidad de realizar las prácticas. Creo que es posible controlarme
en esos momentos de enojo, dolor o tristeza, porque soy más fuerte que ellos.
PRÁCTICA 2
Nombre del alumno: Estefanía Peralta Bravo NRC del curso: 1137
Práctica # 2 Nombre de
la práctica: Meditar caminando Fecha:
31/05/2017
Registro de la experiencia:
·
Primera vez, duración: 9
minutos
Caminar es una actividad que me gusta mucho, a pesar que nunca he
analizado mi caminar, mi respiración y mis pasos y muy pocas veces me he dado
cuenta de lo que estoy haciendo mientras camino. A nivel corporal me sentí muy
bien. Mi cuerpo se sintió adaptado y seguro. Conocía el camino –la realicé en
casa –por lo que mis piernas parecían flotar en un momento en el que cerré mis
ojos. A nivel mental me costó en un principio no concentrarme en mis deberes,
trabajos y en una prueba que tengo el día de mañana. Pero conforme seguía
escuchando las instrucciones del audio, mi mente intentó dejarse llevar por el
sonido de la voz y el sonido de mis pasos. Cuando el audio acabó, mi mente
estaba más centrada en lo que hacía, contaba los pasos que daba y de vez en
cuando me recordaba que debía sonreír. Con respecto a mis emociones puedo decir
que llegué a tener paz, a concentrarme solo en mí, aunque suene un poco
egoísta. Pero era como si caminara acompañada, como si mi cuerpo y mi interior
fueran dos seres diferentes que divagaban juntos por los pasillos por los que
tantas veces han caminado antes. Esta práctica me pareció interesante, en un
principio no entendía en qué debía concentrarme, si debía observar todo lo que
había en la casa o cerrar mis ojos e intentar no tropezar. Pero poco a poco me
fui dando cuenta que lo que debía hacer era encerrarme en mi mundo, donde veía
todo y pensaba en nada.
- · Segunda vez, fecha: 01/06/2017, duración: 15 minutos
Hoy decidí repetir la práctica mientras caminaba a la
universidad. Debo caminar unos 13 minutos para llegar. En un principio no
estaba segura si podría concentrarme, en la calle hay ruido, obstáculos, autos
y tráfico. Pero lo intenté y creo que me fue bien. A nivel corporal mis
músculos estaban relajados, estaban haciendo algo habitual. Sin embargo,
intenté que el peso de la mochila que llevaba en la espalda desaparezca, como
si mis brazos simplemente no tuvieran huesos y no pudieran llevar nada. Lo
mismo intenté con mi mente, en que se concentre en el ahora, en ese presente
que en este momento ya es pasado. En algunos momentos mi mente se
desconcentraba por el entorno, pero creo que eso no está mal ya que lo que
sucedía en el entorno también era parte de aquel presente. Fue interesante
porque sonreí gran parte del tiempo, por un lado, me sentía tranquila, pero por
otro pensaba en que no debía sonreír mucho porque la gente podría pensar que
estoy loca. Sin embargo, recordaba que muchas veces la sonrisa es una gran arma
que ayuda a que otras personas se sientan bien. Entonces esbocé una sonrisa
ligera durante casi todo el camino. Esta caminata a la universidad fue
diferente a las habituales, a pesar caminé la misma distancia, a la misma hora
y por el mismo camino. En esta práctica olvidé todo, olvidé que tenía que dar
una prueba, olvidé las clases, olvidé los quehaceres; me centré en mí, en mis
pasos, en respirar profundo ya que no se me hace muy fácil y, también, me
centré en sonreír. La práctica me hizo reflexionar en que muchas veces hacemos
las cosas sin concentrarnos en lo que hacemos, pues estamos pensando en el
pasado, en las preocupaciones o en el futuro, olvidándonos de vivir,
olvidándonos del presente y todo lo que la vida nos regala.

Imagen tomada de:http://cultivandolafelicidad.blogspot.com/2016/08/desafio-n-3.html
PRÁCTICA 3
Nombre del alumno: Estefanía Peralta Bravo NRC del curso: 1137
Práctica # 3 Nombre de
la práctica: Conversando con el árbol Fecha:
06/06/2017
Registro de la experiencia:
- · Primer intento. Duración: 6 minutos
En esta ocasión
me sentí incómoda. Vivo cerca de un parque grande, por lo que decidí ir allá a
realizar esta práctica. Descargué el audio con las instrucciones y me senté
junto a un gran árbol, de esos que tienen muchos años y son muy frondosos. La
verdad me senté y mis ojos no podían mantenerse cerrados ya que mi mente no se
concentraba. No sé si era por el ruido o porque sentía vergüenza de hacer la
práctica en lugar con tanta gente. La verdad este día no pude obtener nada,
creo que no fue una práctica eficiente. Mi cuerpo estaba preparado pero mi
mente no. Cuándo le hice la pregunta al árbol no estaba pendiente de la
respuesta ni de interiorizar para escucharla. Este no fue un buen día para
realizar esta actividad.
- · Segundo intento. Duración: 10 minutos. Fecha: 08/06/2017
Sentir el aire,
respirar profundo y sonreír. En este día realicé la práctica en casa. En mi
jardín hay un pequeño árbol. Está pequeño porque hace algunos meses lo talaron,
sin embargo, está volviendo a tener hojas y a tomar forma. Decidí intentar esta
práctica con este arbolito, creo que me fue bien. Mi cuerpo estaba relajado, me
senté en el llano sin apoyarme en el árbol sino frente a él, como si fuera una
persona que me acompañaba. Cerré los ojos y escuché la grabación. Mis músculos
estaban completamente relajados y mi mente comenzó poco a poco a conectarse con
mis adentros. Cuando el audio se acabó, esperé unos minutos e hice la pregunta
“¿Qué es el Dao?” en voz alta y firme. Aunque no tuve una respuesta que pueda
escucharla, la pude sentir. En ese momento sentí el viento. Los vellos de mis
brazos se erizaron ya que estaba en camiseta. Pero con esto sentí tranquilidad,
como si toda la ciudad se hubiera quedado en silencio y solo existiera el
árbol, el olor a naturaleza y yo. Lo que interpreto de lo que viví en ese
momento, que no debió durar más de 4 minutos, fue que el Dao es paz e
incomprensión. Pero, al referirme a la paz no me refiero a la exterior sino a
una paz interior, desde nuestros adentros. Siento que el Dao es vivir
plenamente cada momento de nuestra vida, tal como yo viví ese momento en el que
todo desapareció y solo me quedé con el árbol y lo que mis sentidos percibían.
Mis emociones comenzaron a surgir y de un momento al otro me encontré
sonriendo. Es algo que ya he mencionado en otras actividades: para mí la
sonrisa es muy importante y, en este momento, este gesto surgió sin un motivo
específico, fue natural. Esta es la parte incomprensible, nos lleva a sentirnos
bien con nosotros mismo y no comprendemos en su totalidad el porqué. Pienso que
esta práctica fue muy enriquecedora, a veces uno puede reflexionar mejor si se
encuentra solo y en una especie de “zona de confort”. Esta actividad me motivó
a experimentar más vivencias en el mundo natural. A veces la naturaleza puede
ser una gran consejera y el mejor camino para recorrer.

Imagen tomada de: http://laviosaspasia.blogspot.com/2014/12/filosofia-y-meditacion.html
PRÁCTICA 4
Nombre del alumno: Estefanía Peralta Bravo NRC del curso: 1137
Práctica # 4 Nombre de la
práctica: Respiración Yoga Fecha: 12/06/2017
Registro de la experiencia:
- · Primera vez, duración: 4 minutos.
En esta ocasión
primero escuché el audio de instrucción y al finalizar, comencé con la práctica
de la respiración. Corporalmente, me sentí relajada, aunque sentía un gran peso
en la espalda, pero conforme iba realizando las inhalaciones lentamente, era
como si todo este peso fuera saliendo de mi interior. Mi mente no se quedó en
blanco, pero sentía paz. Pensaba en los tiempos para controlar la respiración,
pero eso me hacía sentir tranquila, libre. Esta vez sentía que todo fluía, como
si estuviese volando en el viento, o flotando en un río. Con respecto a mis emociones
fue muy agradable realizar esta práctica, ya que he estado un poco estresada
estos días, pero cuando acabé la actividad, me sentía feliz, como si me
hubiesen dicho que los días iban a ser más largos e iba a tener tiempo para
todo. Creo que la respiración es una actividad que nos permite liberarnos y
calmarnos. Es como cuando en medio de una discusión nos dicen: respira. Es
porque nos ayuda a pensar mejor, a tomar un descanso y ver las cosas de mejor
manera. Es mucho mejor si en un momento decidimos realizar esta práctica porque
no solo nos tomamos un descanso sino nos tomamos “un tiempo para respirar”, un
tiempo que permita olvidar todo lo que tenemos cargado en nuestros hombros,
todas nuestras preocupaciones mentales y simplemente llenar nuestros pulmones
de vida y calma.
- · Segunda vez, duración 3 minutos. Fecha: 13/06/2017
Como ya sabía
las instrucciones, realicé la práctica en la universidad. Me senté en el llano,
estaba sola. Cerré los ojos y comencé a respirar, llenando poco a poco mis
pulmones. Corporalmente sentí que temblaba un poco, mis piernas estaban
intranquilas, era como si la posición no fuese cómoda. Pero no me importó, dejé
que mi mente se aparte de todo y simplemente escuche el soplar del viento y los
pajaritos que estaban cerca. Me centré en mi misma, en mi paz interior, en lo
que me hacía feliz. Por un momento sonreí, creo que inconscientemente encontré
la felicidad, solo que, al ser inconsciente, lo único que sé es que lo que me
hizo sonreír está dentro de mí. Parecía que hubiese pasado una eternidad, sin
embargo, puse un cronómetro de 3 minutos ya que como estaba en un lugar público
debía controlar el tiempo. Fueron los tres minutos más largos Me sentí aliviada
ya que una hora después tenía un examen muy importante, es por eso que intenté
realizar la práctica, porque sabía que los resultados eran de relajación y
tranquilidad.

Imagen tomada de: http://yogacrecimiento.blogspot.com/2014/11/beneficios-de-la-respiracion-lenta-y.html
Imagen tomada de: https://unbornmind.com/2016/10/09/dogenism-the-bane-of-the-buddhadharma/
Nombre del alumno: Estefanía Peralta Bravo NRC del curso: 1137
PRÁCTICA 5
Nombre del alumno: Estefanía Peralta Bravo NRC del curso: 1137
Práctica # 5 Nombre
de la práctica: Zazen Fecha: 20/06/2017
Registro de la experiencia:
- · Primera vez, duración: 11 minutos
En esta
práctica, mi cuerpo se sentía incómodo en un principio, fue muy difícil
encontrar una posición parecida a la que enseñan en el video sin sentir que me
iba a caer. Pero cuando más o menos logré una posición que cumplía con las
indicaciones y que mi cuerpo aceptaba, cerré los ojos y me olvidé del mundo. En
ese momento llovía, antes de hacer la práctica sentía mucho frío, pero conforme
fue pasando el tiempo, el frío se fue. Mi mente aceptó muy bien la práctica, y
me gustó repetirme la frase “me veo como un espacio ilimitado” mientras
inspiraba y “me siento libre” mientras espiraba. Era como si estas dos frases
fueran una melodía que no la podía olvidar. Poco a poco todo quedó vacío, no me
afectaba nada, no me daba cuenta ni de la posición en la que estaba sentada. El
sonido de la lluvia también desapareció. Me mente estaba tranquila, al igual
que mi cuerpo. Emocionalmente estaba feliz, como si no tuviera nada fuera de
mí, como si las obligaciones y los deberes hubiesen desaparecido y solo
existiera yo en medio de una caja blanca y silenciosa. El tiempo pasó rápido porque
al poco tiempo de empezar, sonó el cronómetro de 10 minutos. Existen momentos
en que el sentarnos y cerrar los ojos nos llevan a nuestro mundo ideal, nos
llevan a encontrar paz y sencillez, sabiduría y humildad. Estos momentos son
los más valiosos, pues valoramos el silencio y nos valoramos a nosotros mismo.
- Segundo intento. Fecha: 22 de junio. Duración 8 minutos.
En este intento,
realicé la práctica en un momento de tensión, enojo e incluso tristeza. Decidí
hacer la práctica para tranquilizarme y funcionó. Puse música suave, me senté
en el cojín e intenté acomodarme recordando la postura aprendida en el material
en clase y en el video. No creo que logro la postura perfecta, pero realizo mi
mayor intento y trato de que mi cuerpo se encuentre cómodo para poder hacer que
mi mente se concentre. Cuando comencé la práctica, la música hacia que flote en
el aire, como si me llevara. Era muy suave, parecía que no existía, sin
embargo, era capaz de hacerme fluir. Mi cuerpo se relajó muy rápidamente, la
tensión que sentía desaparecieron. Era un alivio. Mentalmente, olvidé la
discusión que un momento antes había tenido. Era como si estuviese en un sueño
profundo y tranquilo. Poco a poco esa paz parecía habitual. Con respecto a mis
emociones, estaba feliz y aliviada. Esta no es la primera práctica que la
realizo en un momento de enojo o tristeza. Las dos veces que lo he hecho ha servido
de mucho ya que la paz que llevamos dentro es más fuerte que cualquier palabra
o acción que nos puedan herir. El autoconocimiento nos hace que encontremos
esta paz y todo lo que poseemos en el interior, haciendo que lo pongamos en
práctica en el día a día, de modo que sea una gran ayuda en los momentos donde reaccionamos
sin razonar muy bien.

PRÁCTICA 6
Nombre del alumno: Estefanía
Peralta Bravo NRC del curso: 113
Práctica #6 Nombre de la
práctica: Libre Fecha:
27/06/2017
- · Primer intento. Duración 15 minutos. Práctica: Meditar caminando
Decidí hacer
está práctica ya que caminar es una actividad que la realizo a diario y muy
pocas veces estoy consciente de realizarla. Cada día, camino a la universidad.
Me demoro unos 10 minutos, pero en mi cabeza pasan solo 2 minutos ya que estoy
pensando en lo que debo hacer, en mis obligaciones, en las preocupaciones del
hogar o cualquier otra situación. Ayer salí y tomé otra ruta. Decidí olvidarme
de todo lo que tenía que hacer. Me concentré en mí y en mi alrededor, en lo que
acontecía en el mundo en ese momento, lo que estaba al alcance de mis manos y
de mi vista. Mi cuerpo estaba muy cómodo, no sentía nada fuera de lo común.
Pero mi mente si experimentó algo especial, el silencio del mundo y la vista
hermosa del alrededor. Por unos 2 o 3 minutos mi mente se quedó en blanco, solo
caminaba por inercia y agradezco no haberme caído. Pero después de este momento
comencé a mirar a las personas hablar, a los niños jugar, a los carros que
pasaban. Era como si yo conversara con todos, como si el mundo me contara los
secretos más profundos, como si yo pudiera escuchar lo que cada persona tenía
por decir. Mis emociones estaban tranquilas y felices, en todo el trayecto no
encontré rastro de tristeza, pero esto no significa que no la haya habido. A
veces las personas tapamos lo que sentimos, por un lado, es bueno ya que esa “sonrisa”
que mostramos ayuda a los demás y a su tranquilidad, pero por otro lado es algo
que nos puede matar por dentro si no lo sabemos controlar. Cuando acabé la
práctica me di cuenta de esto. La ausencia de situaciones desgarradoras y
felicidad verdadera hizo que me mi mente piense en esta situación.

Imagen tomada de: https://www.reikinuevo.com/tecnica-simple-meditar-caminando/
PRÁCTICA 7
Práctica # 7 Nombre de
la práctica: Aplicación en la vida diaria Fecha:
03/07/2017
Registro de la experiencia:
- Duración 24 minutos. Práctica de comida consciente
Decidí realizar esta
práctica por dos razones: 1) siempre he pensado que el momento de comer debe
ser un momento de respeto hacia nosotros mismo, de darnos ese tiempo que no se
recupera, que es vital y necesario, que nos hace sentir vivos y nos hace
disfrutar; 2) y, la otra razón fue que hoy podía realizar esta práctica a
solas, como lo recomienda las indicaciones. Mis padres tenían que quedarse en
su trabajo por lo que comería sola en casa.
Me
serví la comida que había preparado mi madre para mí. Estaba consciente que iba
a realizar la práctica, así que apagué la música y me senté. Analicé lo que
había en mi plato, de dónde provenía cada uno de los alimentos que iban a ser
consumidos por mí. Pensé, debo ser lo suficientemente agradecida y consciente
para que esos animales y vegetales, que son seres vivos, sean sacrificados para
que yo pueda alimentarme. Pensé en la forma en la que a veces son asesinados
los animales, en lo crueles que podemos llegar a ser los seres humanos y en
algunas maneras de ayudar a que no se cree tanto sufrimiento en ellos; pienso
que es un problema el que estos seres sufran para que nosotros podamos
alimentarnos y disfrutar de ellos. Comencé a comer, mastiqué varias veces la
comida, como si no hubiese apuro, como si fuera el último platillo que iba a
probar en la vida. Mientras degustaba cada bocado, pensaba en lo delicioso que
estaban los alimentos y en lo que le costó a mi madre prepararlos, y en esa
ocasión, sólo para mí. Tal vez el costo no fue económico, pero el tiempo que le
tomó lavar, cortar y preparar cada uno de los alimentos, tal vez ella pudo
haber dormido más tiempo en lugar de levantarse a dejar listo el almuerzo para
mí. Sentí un nudo en la garganta, y un agradecimiento total. ¿en realidad lo
merezco? Seguía comiendo suave, saboreando cada cucharada. Cada vez quedaba
menos en el plato, mi estómago se iba llenando, pero mi corazón y mi mente
estaban repletos de emociones y pensamientos. Como un plato de comida, algo que
consumimos a diario, unas tres veces al día, puede incluir muchas cosas: la
vida de muchos seres, el tiempo de las personas que cosecharon los alimentos,
que los vendieron y también el tiempo y sacrificio de quienes los prepararon.
Este fue un almuerzo de reflexión y verdadera consciencia. Así es toda la vida,
a veces solo vemos los objetos o los resultados finales y no nos damos cuenta
de todo el proceso que han sufrido para llegar a ser lo que podemos ver o lo
que podemos disfrutar. Esto puede ser relativo a las personas, podemos mirarlas,
pero no sabemos todo el camino que han cruzado para ser lo que son ahora.

Imagen tomada de: http://www.contigosalud.com/alimentacion-consciente
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