Tesoros
Los tesoros que busco son los valores. En nuestro mundo hemos perdido los principios, hemos olvidado lo importante que es lo que llevamos por dentro y que con valores podemos vivir en paz. Es difícil, ya que no es buscar los valores sino es dar ejemplo y hacer que todos comprendan que sin importar la ideología o la religión, la tolerancia y el respeto nos llevan a un mundo mejor.
¿Para que los busco?
Los busco para dejar huella en el mundo, para contribuir con el planeta que nos ha dado tanto, para tener una sociedad con menos violencia y más equidad. Esos son mis objetivos, son los tesoros que he planeado encontrar desde pequeña. Mi mayor tesoro, un mundo mejor.
Retorno al mundo ordinario
Mi mundo ordinario y extraordinario se fusionan, a la final, son el mismo. Si logro cumplir mi objetivo, el regreso a casa será gratificante, el ver como todo ha cambiado, o bueno, tal vez no todo pero como he sido útil como para hacer algo positivo y de beneficio. Este será el momento en el que descansaré con una sonrisa en el rostro, porque sé que he cumplido mi misión. Sin embargo también será el comienzo de nuevos objetivos, nuevas metas. Será el momento de pensar en mi próximo tesoro.
Y ahora, ¿quién soy yo?
La pregunta no
ha dejado de ser difícil, sin embargo, creo que hoy me conozco mucho más que
ayer, aunque eso no sea suficiente para conocerme completamente. Como ayuda
para saber quiénes somos, podemos compararnos con una especie de caja o podemos
imaginar que nuestra vida es una caja; pero, la experiencia, las historias, la
memoria, los sentimientos, las alegrías y las tristezas no las guardamos dentro
de esta caja, sino son las que ayudan a robustecer, a dar forma, volumen o
grandeza a este objeto. Dentro, guardamos lo que necesitamos para ayudar a los
demás, guardamos lo breve y lo pasajero. A la final, siempre hay momentos en
que la caja se puede caer, se puede romper un poco y lo que tenemos dentro se
puede dañar o perder; sin embargo, lo que ha formado esa caja no perderá jamás
su esencia.
Muchas veces me
he preguntado quién soy yo, en estas últimas semanas con mayor razón, pero
desde que he sido una niña y leí una historia sobre la felicidad comencé a
interrogarme a mí misma sobre ciertas dudas que pueden rondar en nuestra mente.
¿Quién soy? ¿Qué hago aquí? ¿Cuál es mi propósito? ¿En verdad tengo un
propósito? Las preguntas se hacen pero las respuestas se esconden, a veces no
quieren ser descubiertas y depende de nosotros llegar a conclusiones, que pueden
ser correctas o erradas, pero que al fin y al cabo es lo que percibimos sobre
nuestra vida. Ahora, si me pregunta quién soy yo, les diré que soy un ser, soy
una caja que tiene 18 años de estarse moldeando, de estar aumentando de tamaño.
Dentro llevo los conocimientos y lo que es necesario para cumplir mi propósito.
¿Cuál es mi propósito? Ayudar a los demás siendo feliz. Hace unas semanas pensé
que la caja tenía dentro las experiencias, las historias, los juegos, las risas,
las personas especiales y demás. Pensaba que todo esto era lo que nos llenaba y
nos hacía crecer; pero hoy pienso que no, esto nos da esencia pero dentro está
lo pasajero, lo que usamos con el fin de lograr nuestros propósitos y luego se
va, desaparece. Tal vez las personas sí estén dentro de la caja ya que un
principio muy importante que aprendí en este curso de autoconocimiento es que
todo puede cambiar, nada ni nadie es permanente y que debemos aceptar esta
realidad porque de no hacerlo, los cambios causan disonancias graves en nuestra
vida.
Nuestras ideas de cómo son las cosas nos hacen vivir la ilusión de que
las cosas son estáticas, invariables, y nos apegamos a pensamientos tales como:
lo que tengo es mío y me pertenece; este es mi carácter, soy así y no lo puedo
cambiar; para sentirme satisfecha necesito hacer esto o aquello;… Podríamos
seguir con infinidad de ideas “permanentes” que están ancladas en nuestra mente
y que nos producen una falsa sensación de seguridad: “sabemos quién somos y qué
queremos en nuestras vidas”, todo parece mantenerse seguro y controlado hasta
que la vida nos sorprende cambiando, siempre lo hace. (Da Vinci,
2016)
También, el
hecho de que nuestra caja se quede vacía en ciertos momentos no significa que
no tengamos nada, significa que ya hemos usado lo que hemos obtenido y que
nuestro propósito está en curso, está siguiendo su camino. “¿Cómo llega el
hombre a conocer el camino? A través del corazón. ¿Cómo conoce el corazón?
Estando vacío, unificado y quieto. El corazón nunca deja de almacenar, sin
embargo algo en él permanece vacío […]” (Graham, 2013) Sólo estando vacíos podemos seguir
llenándonos de aquello que nos ayuda a seguir adelante. La utilidad de la vida,
está en el vacío. Esto es algo que me costó aprender, pasé días intentando
comprender como el vacío lo aplicamos en las personas y comprendí que si dos
personas están llenas de problemas, no pueden ayudarse, pero si una persona
tiene problemas y la otra no, la que está vacía podrá servir de ayuda para la
que está repleta de asuntos por resolver. El vacío hoy es parte de quién soy,
intento estar vacía con el fin de ser útil, de ayudar a quien lo necesita y de
aprender, y que esos conocimientos se vuelvan experiencias que ayuden a dar forma
a la caja de mi vida.
Soy un ser que
está aquí y que vive el ahora porque nosotros también podemos desaparecer,
podemos morir y no sabemos que vendrá después. ¿Tal vez otra vida? ¿Tal vez una
reencarnación? ¿Tal vez nada? Eso no lo sé y qué más da, mientras hagamos las
cosas bien, no nos debe importar que nos pasará después. Mientras nos hagamos
la pregunta “¿quién soy yo?” y nuestra mente piense en algo positivo, piense en
que somos lo suficientemente útiles e importantes como para lograr cambios positivos
en este mundo caotizado, estaremos por un buen camino. Esto es lo que soy, un
conjunto de todo lo que he vivido y por ello soy única: pero no por ser
especial, sino por ser diferente, porque nadie es igual a otra persona, cada
uno ha vivido y ha experimentado distintas realidades, distintas situaciones
que lo ha llevado a actuar de una u otra manera. Soy una persona que le encanta
sonreír porque sabe que la sonrisa es la mejor arma de un héroe sin capa,
porque sabe que una sonrisa puede cambiar y ayudar a las personas y, como
mencioné antes, ayudar es mi propósito de vida. Esta soy yo. No soy igual que ayer,
no seré igual mañana, pero mi camino está marcado por el autoconocimiento y
cada día podré reconocer quién soy, y en qué me he convertido.
Soy felicidad,
soy inocencia. Tal vez ahora me veo diferente y estos estados no son tan
visibles como en la foto, pero son parte de mi esencia. Es lo que soy.
Referencias:
Da Vinci, M. (25 de Agosto de 2016). Todo cambia,
nada permanece. Obtenido de Armonía Corporal:
http://armoniacorporal.es/todo-cambia-nada-permanece/
Graham, A. C. (2013). El
Dao en disputa: La argumentación filosófica en la China antigua. México:
Fondo de Cultura Económica.
KASALA
YO SOY LA INDÓMITA, LA
QUE LANZA EL ANZUELO Y SABE CON CERTEZA, QUE CON PERSEVERANCIA Y PACIENCIA,
CONSEGUIRÁ LO ANHELADO. YO SOY LA BUCEADORA DE SUEÑOS, DE TESOROS, LA QUE NO
IMPORTA QUE TAN ENNEGRECIDA ESTE EL AGUA, ENCONTRARÁ AQUELLOS ERARIOS. SOY LA DE
MIRADA PENETRANTE Y SEGURA EN LA META PROPUESTA; TAMBIÉN SOY LA HIJA DE LA TEMPLANZA, LA QUE CON
ESTOICISMO SABE AFRONTAR LAS ADVERSIDADES. SOY LA QUE SE DOBLEGA ANTE LA
FRIVOLIDAD DE LA HUMANIDAD, ANTE ESA
DESACRALIZADA INJUSTICIA DE LOS PSEUDOS AMOS DEL MUNDO QUE ACRIBILLAN CON TODO
SU ARSENAL A LOS DESPOSEÍDOS. SOY LA MUJER, LA QUE DICE A VIVA VOZ Y CON CORAJE
QUE EL MUNDO FUESE PERFECTO SI TODOS TUVIÉSEMOS EMPATÍA HACÍA NUESTRO PRÓJIMO. ESA
SOY YO.
Estefanía Peralta Bravo
No hay comentarios:
Publicar un comentario